El sistema nervioso
está formado por órganos que transmiten y procesan toda la información
que nos llega desde los órganos de los sentidos, permitiéndonos movernos,
adaptarnos al ambiente externo y realizar actividades intelectuales.
Pero su función no se limita únicamente a eso, también recibe estímulos
de todos los órganos internos. El sistema nervioso periférico recorre
el cuerpo a través de los nervios,
recibiendo y transmitiendo los estímulos al sistema nervioso central.
Este se ocupa de interpretar esos estímulos y actuar en consecuencia.
Imparte órdenes a los músculos
y a las glándulas
para que cumplan con sus funciones de acuerdo a las necesidades del
cuerpo. Las células que componen el sistema nervioso se llaman neuronas.
Estas células son muy delicadas ya que no pueden reproducirse. Por
eso están protegidas por el cráneo y la columna vertebral.
El sistema nervioso tiene tres funciones básicas: la sensitiva, la
integradora y la motora. En primer lugar, siente determinados cambios, estímulos,
tanto en el interior del organismo (el medio interno), por ejemplo la
distensión gástrica o el aumento de acidez en la sangre, como fuera de él (el
medio externo), por ejemplo una gota de lluvia que cae en la mano o el perfume
de una rosa; esta es la función sensitiva. En segundo lugar la información
sensitiva se analiza, se almacenan algunos aspectos de ésta y toma decisiones
con respecto a la conducta a seguir; esta es la función integradora. Por
último, puede responder a los estímulos iniciando contracciones musculares o
secreciones glandulares; es la función motora.
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